Si me enamoré de vos sin títulos, sin cancha, sin la copita, sin cracks, con el descenso clavado en el pecho, con los sueños que se iban postergando, y dormí con la camiseta, y lloré arrugando el gorrito, y canté hasta explotarme la garganta, y te seguí amando a pesar de los años y los momentos vividos, y me siento orgulloso, y te quiero más, y me enseñaste tantas cosas, y me hiciste compartir tantas otras, y me diste amigos, y tardes, y soles, y noches, y festejos, y avalanchas donde me arrastro con hermanos que jamás había conocido y con aquellos que ya se fueron, es porque sos la más hermosa metáfora de la vida, y ahora que te hirieron de muerte, vas a gambetearla, como siempre, vivo después de muerto, y vas a resurgir, bendito Ciclón de 104 años, para que siga amando tus colores, tu historia y la hinchada a la que pertenezco sin fanatismo. Porque el fanático es un ciego obstinado que nada ve. Y yo te veo, San Lorenzo de mi vida, y me sigo enamorando como un chico. No es fanatismo, te das cuenta: es puro amor
"...no traten de entenderlo, esto es amor eterno..."